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Avante Inclusiva Potenciando Igualdad

Compromiso Real con los Derechos de las Personas con Discapacidad

Compromiso Real con los Derechos de las Personas con Discapacidad

Buscamos consolidarnos como una de las entidades no gubernamentales de utilidad pública más representativas del sector, siendo ante todo un firme referente, eficaz y eficiente, en la defensa de los derechos y reivindicaciones de las personas con discapacidades más severas, tanto en el ámbito público como en el privado.

En esa línea, apelamos a la locución latina Facta, non verba para guiar nuestra actuación. Este proverbio romano, comúnmente utilizado por los gladiadores como forma de saludar al gobernante, enfatiza que los hechos son más importantes que las palabras.

  • Donde las Acciones son más importantes que las palabras.
  • Los hechos deben hablar por sí mismos.
  • Las promesas deben ser respaldadas por acción.

Aunque su origen exacto es incierto, se atribuye su uso inicial al emperador Vespasiano.

Así que, la frase Facta, non verba expresa que las acciones deben hablar por sí solas. Por ello, esta expresión se ha utilizado en diversos contextos, incluido el político, para subrayar la necesidad de traducir las palabras en acciones reales.

Es por ello que acuñamos este concepto en materia de exigencia y respeto de los derechos humanos, especialmente en lo relativo a los derechos de las personas con discapacidad. Porque al final, quien solo habla no transforma nada. Es la acción decidida y valiente la que derriba barreras, crea oportunidades y deja huella en la historia. Hablar es fácil. Actuar es cambiar el mundo.

La frase Facta, non verba expresa que las acciones deben hablar por sí solas, que las promesas deben ser respaldadas con hechos concretos.

Potenciando Igualdad: Un Espacio de Deberes y Derechos, Impulsando la inclusión y la Autonomía de Personas con Discapacidad.

Facta, Non Verba: Pontevedra, Galicia, España. Avante Inclusiva. Potenciando Igualdad
En el ámbito de la inclusión y la accesibilidad, Facta, non verba destaca la necesidad de implementar medidas reales y efectivas que garanticen la igualdad de oportunidades para todas las personas, más allá de las declaraciones de buenas intenciones.

Redefiniendo el Futuro del Trabajo

El mundo no se transforma con ideas, sino con acción. Este proyecto rompe barreras y crea oportunidades reales para personas con discapacidad, especialmente mujeres con diversidad funcional. No es caridad, es justicia: empleo digno, liderazgo y autonomía.


Cuando el acceso requiere una cuerda, no es inclusión

Cuando el acceso requiere una cuerda, no es inclusión.
Esto no es real, sin embargo esta imagen representa una triste realidad: en nuestra ciudad aún existen muchos accesos que no cumplen con las normativas de accesibilidad.

Cuando el acceso requiere una cuerda, no estamos hablando de inclusión. La accesibilidad real no puede depender del esfuerzo extremo ni de soluciones improvisadas. Toda persona debe poder moverse con autonomía y seguridad, sin que su dignidad quede condicionada a superar obstáculos innecesarios.

La verdadera inclusión exige soluciones dignas, seguras y universales, pensadas desde el principio y no añadidas como un parche. No es necesario reinventar lo que ya funciona: existen modelos exitosos y buenas prácticas que ya demuestran cómo se deben hacer las cosas. Implementarlos no solo es posible, es una responsabilidad si queremos construir una sociedad realmente justa para todos.


Cuando un Escalón se Convierte en un Muro

Cuando un Escalón se Convierte en un Muro
Un escalón demasiado alto puede ser un obstáculo, no solo para una persona en silla de ruedas, sino también para alguien sin limitaciones evidentes de movilidad.

Hablar de inclusión real implica garantizar que existan las condiciones adecuadas en todos los aspectos: accesos físicos, adaptaciones laborales y una cultura organizacional que valore las capacidades por encima de las barreras. Solo así la igualdad de oportunidades dejará de ser un discurso y se convertirá en una realidad tangible. Porque la verdadera inclusión no es una concesión: es un derecho.

La imagen refleja una realidad que muchas veces pasa desapercibida: un escalón demasiado alto puede ser un obstáculo, no solo para una persona en silla de ruedas, sino también para alguien sin limitaciones evidentes de movilidad. Mientras que para una persona con plenas facultades físicas el esfuerzo es incómodo pero posible, para una persona usuaria de silla de ruedas es directamente una barrera Intransitable. Esta comparación gráfica evidencia que las barreras arquitectónicas no afectan solo a unos pocos: limitan el acceso, la participación y la igualdad de condiciones para todos.

La verdadera inclusión significa diseñar espacios pensando en todas las personas, no adaptándolos como una excepción, sino como una regla. Crear rampas adecuadas, accesos nivelados y entornos accesibles es garantizar el derecho fundamental a la autonomía y a la participación plena en la sociedad. Porque la inclusión no es que algunos logren entrar con esfuerzo, es que todos puedan hacerlo con dignidad y sin obstáculos.


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